Prodigy - Smack my bitch up

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Actualmente escuchar una canción está al alcance de casi todos. Solo tenemos que buscar en la mula y listo. ¿Pero qué ocurría hace unos años, cuando internet era algo prehistórico y había que tener más paciencia para cargar una página que para escuchar un monólogo de Sánchez Dragó?

Pues hay varias formas:

  • Que te dejasen un CD o una cinta para luego grabarla y escucharla hasta que le salieran agujetas.
  • Irte a la fonoteca de tu ciudad y escuchar el disco que te apeteciera. El problema es que no podías pasar las canciones a no ser que tengas buen rollito con el tío que maneja el cotarro allí.
  • Irte a un centro comercial y escuchar los CD's que tenían expuestos para descubrir algún grupo o alguna canción chula.
  • ...

En mi caso Smack my bitch up fue un descubrimiento bajo los focos de un ALCAMPO. Con los cascos bien colocados y volumen a tope, pulsé play y la primera canción que sonó derrumbó por completo todos los cimientos de la música electrónica, con una explosión de bajos a cada compás que aún me sigue sorprendiendo. Quedé perplejo y casi sin darme cuenta, estaba dando botes en el centro comercial mientras algunos despistados que hacían sus compras a las 4 de la tarde de un caluroso sábado, me miraban con curiosidad.

Si la canción es pura poesía electrónica de versos perfectos que se ha convertido en un clásico, el vídeo ya es una aténtica obra de arte que incluso plagian algunos anuncios actuales. Disfrutad hasta el final de este vídeo, por que aunque no lo parezca, se cuenta una historia y el final es, cuanto menos, es sorprendente.


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